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15 de enero de 2015

ACARS versus las cajas negras


Si hay  un hecho  que afecta a las gentes,  ese  es la desaparición  de uno de los suyos, pero en el caso de la desaparición de una aeronave, la situación es aún peor debido a la ansiedad y dolor colectivo.  De acuerdo al Anexo 13 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la desaparición de una aeronave está calificada como un accidente de aviación, por lo que en su investigación se deben agotar los procedimientos prescritos en el referido anexo, siendo la finalidad de esta investigación, evitar que otro evento originado por la misma causa se repita. 

La desaparición de aeronaves no es cosa de ahora.  Este particular tipo accidentes surge con la aparición de la aviación misma, siendo uno de los casos más sonados, la desaparición del avión de Amelia Earhart ocurrida en julio del año 1937, en medio del Océano Pacífico. En aquella ocasión, el vuelo de Amelia cruzó  a poca distancia de Cabo Samaná rumbo al aeropuerto de  San Juan P.R., primera escala del  largo vuelo. Ahora, 78 años después, el mundo queda  perplejo  ante el desvanecimiento del vuelo MH-370 de Malasia Airlines con 239 almas a bordo  en el Océano Índico.
   
¿Qué pasó con el avión y sus ocupantes?; Por ahora la pregunta no tiene respuesta. Como se sabe, el vuelo simplemente  se espumó cuando debió establecer  contacto radial y radar con los controladores del  centro de control Ho chi Minh de Vietnam. Hasta ese momento la aeronave desarrollaba un vuelo normal, sin reporte de novedad alguno.

La desaparición del vuelo  ocurrió a pesar de que el modernisimo B-777-200 ER estaba equipado con tecnología de comunicación y vigilancia de última generación,  incluyendo; comunicación de voz  VHF y HF; SELCALL (sistema de llamada selectiva en la banda HF); transponder para detección radar secundario; sistemas de navegación satelital; ACARS (Aircraft, Communications Addressing and Reporting System), así como equipos para el envío y recepción de mensajes a través de la constelación satelital  Inmarsat. 

El ACARS es un sistema utilizado para el intercambio de datos, entre las aeronaves y las estaciones en  tierra, en tiempo real, en forma automática o manual. para ello ACARS utiliza las plataformas de comunicación proporcionadas por los proveedores tradicionales de la industria, como son  SITA, ARINC entre  otras. El ACARS integra la red VHF, HF, la ATN (Red de Comunicaciones Aeronáutica), estaciones satelitales terrestres, constelaciones satelitales de comunicación y navegación, terminales operacionales y aeronáuticas  terrestres .

Entre los datos  que pueden intercambiarse  mediante mensajes ACARS están; la posición del avión extraída de los sistemas de navegación; el estado de funcionamiento de  los sistemas mecánicos y electrónicos entre otros. Esta funcionalidad proporciona al ACARS la posibilidad de desempeñarse como una "Caja Negra" que puede  transmitir de manera automática y periódica, eventos en progreso  a bordo de una  aeronave que pueden conocerse en tierra, en tiempo real,  dando mejores posibilidades de localizar aeronaves extraviadas y conocer las posibles causas que han provocado su desaparición.

La industria del transporte aéreo está utilizando el ACARS para el monitoreo y transmisión automática de mensajes operacionales, siendo uno de ellos la transmisión automática del "evento OOOI".  Mediante este mensaje las aeronaves transmiten automáticamente, vía ACARS,  las horas de salida de la puerta de embarque, de despegue, de aterrizaje y de llagada al estacionamiento en el aeropuerto de destino. Estos tiempos son generados por sensores localizados en la puerta principal del avión  y el tren principal de aterrizaje y transmitidos a tierra vía ACARS. Del mismo modo, informaciones meteorológicas, de plan de vuelo y navegación pueden ser intercambiada a través de mensajes ACARS enviado al avión  por las bases de  operaciones de la empresa.

El caso más evidente de la utilidad  del ACARS en  aporte de datos sobre un accidente, fue un reporte automático  ACARS  producido por el vuelo AF-447, un Airbus 330 de la empresa  Air France que cayó en medio del Océano Atlántico,  en junio del 2009. En este  caso, las cajas negras fueron recuperadas dos años después de producirse el evento, debido a la profundidad del océano. Pero los datos de la situación del avión, inmediatamente antes del accidente,  como el mal tiempo existente  en el área donde el avión operaba, la falla de los sistemas de velocidad por congelamiento de los sensores, fueron transmitidos por el sistema  ACARS  a la base de mantenimiento de la empresa en Paris. Por ello, el departamento de mantenimiento de la empresa conoció, en tiempo real, la situación que terminó en el fatal accidente. En el caso del vuelo  MH-370, el ACARS  aparentemente estaba desactivado  por razones no aclaradas hasta el momento.

La desaparición del MH-370  ha causado mucha  preocupación a la industria, empujando nuevas iniciativas. Según la BBC de Londres,  Airbuss estudia la posibilidad de instalar cajas negras eyectables. Esta tecnología seria instalada  en sus últimos modelos luego que sea aprobada las autoridades de aviación civil. Esta iniciativa tiene como objetivo lograr que las cajas negras sean eyectadas automáticamente del avión,  en caso de  accidente. De esta forma las "cajas negras" flotarían en caso de que  el evento se desencadene sobre agua y serian localizadas con más facilidad en tierra.  

Mientras  nuevas tecnologías se desarrollan, como la anunciada por Airbus, el ACARS es una buena alternativa para mejorar la posibilidad de localización de las aeronaves que desaparecen, como aconteció  al fatídico vuelo MH-370.

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