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28 de junio de 2015

19 muertos en la Carretera Samaná


Parte de la 46 curvas del tramo Majagual, Bajo Yuna

El mes de junio de 2015 ha resultado un mes trágico para los usuarios de la carretera Juan Pablo Segundo, tramo vial   que comunica  la ciudad de  Santo Domingo con la zona del Nordeste del país, sobre todo con la provincia de  Samaná.  Desde la muerte de Quilvio Cabrera, Director del Instituto Agrario, en abril  2008, una de las primeras víctimas de la carretera, la secuencia de accidentes trágicos  ha sido continua en el tiempo, teniendo como resultado un alto saldo de víctimas mortales, lo que  coloca la vía  como una de las más peligrosas de República  Dominicana. 
  
Precisamente, durante el día de ayer, 27 de junio del 2015, una nueve tragedia lleva el luto a la familias dominicanas, cuando un accidente ocurrido en el kilómetro 57 de la citada vía, cobra la vida de cinco personas, lo que coloca una cifra alarmante de victimas durante el mes de junio del 2015, que aún no termina. Con los fallecidos en este accidente, el número de víctimas mortales reportadas  alcanza los 19 fallecidos, lo que resulta verdaderamente alarmante para ese corto período.

Los causales  de los accidentes en esta carretera son de origen multifactorial. Sin embargo, no se necesita  profundizar para determinar que el diseño de la vía es el principal factor contributivo para la ocurrencia de accidentes. Aunque se diga que cumple, la estrechez de la vía es totalmente perceptible, sobre todo cuando el vehículo que viene de frente es un vehículo pesado, camión o autobús. Elevaciones en la vía, totalmente corregibles en el proceso se construcción, limitan la visibilidad en puntos críticos. Fue precisamente, un factor contributivo en el accidente del kilómetro 30 de principio de mes que costó la vida a 14 personas.

El tramo de la loma de los Haitises tiene 46 curvas, “guía a la derecha o a la izquierda”, comenzando en Majagual y terminando en el costoso peaje del Bajo Yuna.  Casi la totalidad de esas  46 curvas no están peraltadas, por lo que la fuerza centrífuga “saca de la carretera”  a una cantidad impresionante de vehículo, hecho que se puede notar  en la rotura continua de los muros metálicos de contención. En muchos puntos de la vía, el agua corre o se acumula sobre la carretera, provocando el peligroso “hidroplaneo”  en una  vía enclavada en una región de un alto índice de pluviometría.  Los animales vacunos pastorean en las márgenes de la vía, día y noche, sin el control del operador de la carretera, quienes no responden el teléfono cuando son llamados.  La vigilancia del Ministerio de Obra Pública, permanece estáticas estacionada en puntos específicos, sin lograr la requerida cobertura en espacio.
   
Estos solo son algunos de los factores que inciden en la alarmante  mortalidad de una carretera, que Nordeste y no a provocar tantos muertos. No sé  si existe el interés, pero, mientras tanto, algo se puede hacer completando los trabajos siguientes; Controlar la incursión de animales, levantar  los peraltes en las curvas de las lomas y de lo llano,  factor que saca los vehículos la vía enviándolos al  hoyo, incluso a baja velocidad, sanear la acumulación de aguas en los llanos y en las lomas, sanear las corrientes de aguas en la lomas, de forma que estas aguas no corran cruzando la carretera,  construyendo carriles adicionales en puntos críticos, hasta la necesaria ampliación de la carretera. 

Mientras tanto, usted que se desplaza por la vía, extreme la medida de precaución al conducir, hasta tanto la autoridad competente intervenga la vía, rescindiendo el contratito   a quienes la operan   y realizando los trabajos para aminorar el nivel de riesgo de esa peligrosa carretera. Por ahora, las principales medidas de precaución en la vía  son  permanecer atento al tránsito y no exceder los límites de velocidad que se anuncian en los diferentes tramos de la carretera y encomendarse al Altísimo, antes de entrar a la via.

  

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