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9 de julio de 2015

"El Jordano", el HI-452 CT incautado en Nueva York, 2 de 2


Así lucia el otrora el "Jordano" en el 2004, treinta años después de haber salido de la fabrica y operado por la prestigiosa empresa de carga aérea Amerijet. Foto: Airplanes picture.net

Como había relatado con anterioridad, el 15 de mayo del 1987 bien temprano, parece que las autoridades del Aeropuerto John F. Kennedy conocían lo que iba a pasar con el Jordano.  Sin embargo, nadie le los estábamos en lo operacional conocíamos  nada de lo que pasaría  ese día  en que el Jordano fue incautado. Una vez en tierra y estacionado se inició el trasiego de los pasajeros del avión al "plane mate", mientras que en operaciones dábamos seguimiento al chequeo de pasajeros del DOA-905 y esperábamos la tripulación para el proporcionarle el "brafing" del vuelo de regreso. 

Sin embargo, tan pronto  desembarcaron los pasajeros apareció un vehículo con  dos alguaciles de Los Estados Unidos que subieron al avión,  procediendo a  dar inicio al proceso de incautación de la  aeronave, bajo la vigilancia de dos carros con policías del Port Authority del Aeropuerto John F. Kennedy que permanecieron al lado del avión todo el tiempo. 

Fue entonces cuando recibimos la llamada del Capitán  Demont Blanchette quien  me solicitó presentarme al avión, y así lo hice. Una vez, en a bordo del  jordano “por última vez” en la vida, los alguaciles me entregaron dos pesados y voluminosos libros o carpetas, contentivos del acto jurídico de la incautación.  Poco después se presentó al avión  Víctor Santana  Gerente de Estación de CDA en el Kennedy preguntándome con preocupación,  ¿Que estaba pasando?, solo lo mire y le hice la seña de que se esperara.

En relación a los alguaciles, lo primero que hice fue aducirle que la incautación no procedía,  por tratarse  de una aeronave de matrícula dominicana, prestando un servicio de transporte aéreo  internacional con 155 pasajeros listos para abordar  y que como tal, no podía ser intervenida. Además le solicité  que me permitieran llamar a Santo Domingo, como lo hice para tratar resolver la situación, a lo que accedieron de inmediato,  comentándome, además, que   estaban en condición y  le gustaba la idea  de que se llegara  a un acuerdo  y así  evitar la incautación del “Jordano”. 

 Entonces me dirigí a las oficinas de operaciones para contactar a Santo Domingo. Una vez en la oficina, llamé a Santo Domingo para informar, como lo hice, la situación en el “hard stand” 66 del Kennedy  y plantear la buena voluntad de los alguaciles, lo que entendía viable. Sin embargo, parece que en Santo Domingo las cosas no eran como yo pensaba. Después de un largo  tiempo de espera de respuesta,  recibí la orden de entregar simplemente el Jordano. Cuando regresé al avión  le comunique al Capitán Blanchette y a su  tripulación lo informado desde Santo Domingo. Al Capitán puso la cabeza sobre la barra de control  y me dijo que nunca le había pasado algo como eso.

 Ante la situación no me quedo más que llamar a Charna Putra Mahapatra,  “Map “un hindú que laboró por buen tiempo en CDA en el Kennedy,  para que coordinara el envío de un “plane mate” al avión a recoger la tripulación del Capitán Blanchette.   En ese momento invité a la tripulación a que retiraran todas sus pertenencias del Jordano y luego lo envié a migración y aduanas, para que luego fueran a la oficina y allí planear su regreso a Santo Domingo. El Capitán Blanchette y el resto de los tripulantes de mando y cabina lucían simplemente  devastados, igual que la totalidad de la empleomanía del CDA en el Kennedy.

Mientras tanto, uno de los mecánicos de CDA en el Kennedy,  Liberato y yo comenzamos a retirar todo el material removible del Jordano, propiedad de la empresa, incluyendo hasta las botellas de oxígenos portátiles, así  como todo el  materiales de catering, manuales y otras pertenencia de CDA. Mientras eso sucedía  los propios alguaciles  que fueron a incautar la aeronave  también lucían  desconcertados, mientras permanecían en silencio sentado  los asientos 1 A y 1C, de la primera fila. En apariencia, ni ellos  querían ejecutar la incautación del jordano, pero  como escribió García Márquez,  se trababa de la crónica de una muerte anunciada. Terminado la remoción de materiales y equipos, bajamos todos de avión y  el  jordano  fue remolcado hasta que desapareció, para siempre, de mi vista, cuando el tractor se tapó por detrás de la vieja terminal de Pam American World Airways del Kennedy.


A partir del 1987, el avión pasó por la mano de un banco y luego a varios operadores norteamericanos y europeos hasta que fue adquirido por Amerijet, en el año  2004 que le insertó   la matricula norteamericana. Con ese operador  y convertido a carguero, el avión vino varias veces al Aeropuerto Internacional de Las Américas. En una de esas ocasiones crucé de Aeromar al avión y subí a  la cabina a conversar con la tripulación. Y aunque el avión tenía otra matricula y estaba pintado con los colores de Amerijet, confirmé que se trataba del “Jordano”, ¿Qué le parece?.

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