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11 de septiembre de 2015

9/11, 2001, catorce años después



“Parece que fue ayer, pero han transcurrido trece largos años, desde aquel fatídico 11 de septiembre del 2001”.

Con estas palabras inicié  un breve reseña que publiqué,  hace precisamente un año, en ocasión del 13 aniversario del fatídico 11 de septiembre de 2001, cuando se perpetró uno de las actos que, por su características,  permanecerá en la memoria colectiva por mucho tiempo. Pues precisamente hoy, 11 de septiembre de 2015, se cumplen 14 años de aquella desafortunada  tragedia. Con los acontecimientos de la mañana de aquel día, el mundo que conocíamos pareció detenerse, para dar paso otro con las características muy diferente que hoy conocemos.

Aquella mañana las labores en el Centro de Control del Aeropuerto Internacional de Las Américas transcurrían con normalidad, siendo yo uno de los controladores que conformaban el equipo. Recuerdo que aproximadamente a las 9:00 AM, recibí una llamada de un amigo de nacionalidad italiana, que con su acento característico me decía << señor Mullix, parece que una pequeña aeronave Cessna 310, chocó con uno de los edificios del  Trade Center de New York >>, y acotaba,  << CNN ya lo está transmitiendo en vivo, prenda la televisión >>. 

Cuando se encendió el televisor en el salón de descanso, se comenzaron a vivir horas de tensión y frustración extrema. En la sala de descanso todos  pudimos observar, en vivo, el impacto del segundo avión, lo que confirmó que se trataba de un verdadero ataque. A partir de ese momento, tratamos de indagar con Miami sobre la situación en progreso en Nueva York, pero los controladores de Miami estaban tan confundidos como nosotros, nadie sabio hasta ese momento con exactitud, que estaba pasando.

Poco después del segundo impacto, recibimos una llamada urgente del Centro de Control de Miami en la que se nos informaba que el espacio aéreo de los Estados Unidos quedaba cerrado al tráfico aéreo. De ese momento, ni Miami ni San Juan no aceptarían ninguna transferencia ni recibirían  ningún vuelo con destino al territorio de los Estados Unidos. Del mismo modo Miami solicitó que procediéramos a desviar cualquier vuelo operando en el espacio aéreo de Republica Dominicana  en ruta hacia cualquier aeropuerto norteamericano. A esa hora, temprano en la mañana,  solo teníamos tres vuelos en ruta al Aeropuerto Internacional de Miami y uno hacia el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de San Juan Puerto Rico.Sobre la 10:00 a. m. las informaciones, vía los medios noticiosos comenzaron proporcional informaciones y en poco tiempo nos enterábamos de la magnitud de la situación en Nueva York.


Pero como son las cosas, precisamente, tres días antes del ataque, el sábado 08 de septiembre del 2001, estuve en Nueva York y había pasado justo frentes a los edificios. Había viajado a New York el día anterior, para tratar de abordar a la familia que estaba quedada en el Kenndy, por falta de espacio en los vuelos de American Airlines. La familia había viajado utilizando los beneficios de un acuerdo de descuento al que llegó la ADCA con American Airlines por gestiones el Comité Ejecutivo de entonces. Acurdo viabilizado con la cooperación del gerente local de la empresa en el país para entonces  Señor Raúl Fiallo

Aquel  11 de septiembre del 2001, la actuación de los controladores norteamericanos, en especial los de Boston,  fue tremenda, dramática y decisiva para la identificación de la situación en progreso. El personal del Centro de Control de Boston identificó que se trataba de un evento de secuestro múltiple de aeronaves, algo nunca visto, y que dos de ellas estaban siendo dirigidas al área de Nueva York lo que rastrearon con el sistema de radar primario.

Lo que pasó de ahí en adelante todo lo conocemos. La consecuencia del 9/11 la padeceremos en un mundo aeronáutico y geopolítico por mucho tiempo. Todo es muy diferente a lo que fue antes de aquella mañana de septiembre del 2001. El domingo 9 de septiembre del 2011, fue la última vez que volé en una cabina de un avión norteamericano, cuando  un capitán de American  que me identificó  como CTA, me cedió un jump seat, cuando esperaba un asiento que nunca apareció en la cabina de pasajeros, en un vuelo que debí realizar a Santo Domingo, vía Miami Fla. Finalmente la familia pudo regresar al R.D. el lunes 10 de septiembre del 2001, librándose de permanecer en NYC por un buen tiempo.  

Hoy, a 14 (catorce) años del 11 de septiembre del 2011 recordamos un evento que jamás será olvidado.  La foto muestra la dramática  imagen a  que se enfrenta la Estatua de la   Libertad de Nueva York.




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