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19 de octubre de 2015

¿Quién quiere ser controlador aéreo?



A propósito de la celebración mañana, 20 de octubre, del día internacional de controlador aéreo, ha venido a mi mente, que no han sido dos ni tres, sino muchos los jóvenes que me han abordado, mostrándome  su interés de  convertirse en  controladores de tránsito aéreo. Me hablan de lo interesante de la profesión, pero además, me refieren que los controladores “ganan mucho” lo que, desafortunadamente, no ha sido ni lo es realmente. Ademas les he dicho que lo que se ha logrado hasta ahora, ha sido a través  de la lucha y el sacrificio de muchos controladores, tanto de ayer  como de hoy. Les expreso que me  alegra  el interés que ha despertado un quehacer hasta hace poco casi desconocido en el país, pero que  de repente, se proyecta como una profesión en la que muchos jóvenes aspiran formarse, sin conocer a ciencia cierta, el “berenjenal” que les espera.

Sin embargo, cuando eso sucede siempre  doy a esos jóvenes algunos “tips” sobre la profesión y sus recovecos. Entre ellos le hablo de la personalidad de un verdadero controlador, sus responsabilidades y, por supuesto, las consecuencias envueltas en un quehacer,  donde  un error puede costar muchas vidas, la perdida de muchos bienes materiales y echar a perder todo un sistema, arruinando toda la ilusión que se pueda tener en un momento dado, cuando se deseó  ingresar este  quehacer considerado por los organismos internacionales,  como una de las actividades más difíciles a realizar por hombre o mujer.

Le he dicho, además, que no es cierto que se debe ser un  “genio” para entender, dirigir y coordinar el movimiento de los aviones en tierra y en  el aire, pero que se debe tener mente hábil, pero sobre todo, una gran resistencia al omnipresente estrés que se genera en el ambiente de los controladores. En consecuencia le dijo,  que  para que no haya decisiones que puedan causar problemas futuros,  se debe tener especial cuidado cuando  se autorice el ingreso de una persona a la carrera, no vaya a ser “que la sal salga más cara que el chivo”. Por ello, un buen  proceso de evaluación inicial es sencillamente crucial para obtener un buen producto, debiendo este proceso estar totalmente, desprovisto de elementos personales o de cualquier otro tipo que afecte el criterio del evaluador a cargo, evitando así dar curso a la producción de controladores que solo actúan como tales,  cuando existen pocos aviones en el cielo.

Le manifesté a varios de ellos que la personalidad del controlador debe  incluir una serie de factores que le permitan permanecer en la profesión haciendo el trabajo,  sin producir situaciones indeseables ni para él ni para el sistema, pero también le dije que controlador nunca se olvida un incidente que le haya ocurrido, por más insignificante que este haya sido.  Sobre eso le  dije también que la vida útil de  un controlador prácticamente,  termina  como consecuencias de la ocurrencia de un incidente grave o de un  accidente en el cual éste sepa que tiene  algún tipo de responsabilidad, aunque lo oculte. 

Le dije a muchos que un controlador verdadero  no es totalmente confiado, siempre mantiene dudas razonables sobre lo que se le informa,  por lo que  casi siempre confirma y re-confirma.Un controlador es una persona “chiva”. Un controlador siempre está listo para hacer frente a problema de cualquier tipo y “hace de tripa corazón”, e incluso lo arriesga  todo,  siempre en beneficio de la protección de la vida humana, el bien más valioso que Dios entregó al hombre. Si no se es así  posiblemente, no se sea un verdadero controlador. 
  
Le dije  a varios de ellos, que el ambiente laborar de los controladores debe estar provisto de las condiciones técnicas y socioeconómicas  que permitan al controlador desarrollar su actividad, evitando los consabidos conflictos y  riesgos que puedan afectar la seguridad operacional de la aviación. Finalmente dije a muchos de ellos, que los problemas socio-familiares  deben dejarse “enganchao en un clavo” antes de entrar a la dependencias  operacionales, de forma que estos  no ingresen a las torres, los centros y cualquier otro sitio donde se bregue con el movimiento de aeronaves, en tierra o en el aire.  Un abrezo a todos los controladores.


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