Me encontré con dos de estos
Eran las 7:30 de la mañana del 03
de febrero del 1973 cuando encontraba justamente en el taller de mecánica del Departamento
de Transportación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). En ese
momento buscaba, afanosamente, una tuerca de un tornillo grande para utilizarla
como modelo en la realización unas proyecciones de materia “dibujo técnico I”
como mi tareas de ese día en la facultad de ingeniería de electromecánica. Ese día algo más temprano había llegado al campus universitario
en la primera guagua de la "ruta Ozama" que condujo “Olmo” uno de los choferes más
populares del sistema de transporte gratis para los estudiantes que brindaba la
universidad en esos tiempos.
Como estaba bien concentrado en busca de la
tuerca, no me estaba dando cuenta que de repente, las gentes se marchaban apresuradamente de la UASD, prácticamente huyendo en todas las direcciones. Todo cambio cuando un mecánico
del taller que se quitaba apresuradamente el “chamaco” de mecánico, me
preguntó que si yo no sabía que había un “foco guerrillero” y que "la guardia
iba a rodear la universidad". También me dijo que era preferible que me marchara inmediatamente
a mi casa, para evitar “caer preso”. No lo pensé dos veces por lo que acudí apresuradamente
a recoger mi regla “T“ al aula de la facultad de ingeniería. Cuando subí al aula
ya todo el mundo había abandonado el sitio. De
repente sentí la sensación de que yo era el único estudiante que permanecía el campus de
la UASD esa mañana.
Planeé la ruta “menos peligrosa”
para salir de la UASD, cruzar la ciudad y llegar hasta el ensanches Las Américas sin caer preso. Me apresuré caminando "a paso triple" en dirección Alma Master y volví a
pasar por el taller de mecánica donde ya no había nadie. Luego abandoné el campus universitario por
detrás del taller rumbo a la Lincoln. Pero cuando iba justo frente al Archivo General de la Nación,
oí un ruido chillón y fuerte, totalmente desconocido para mí. De repente me detuve y permanecí petrificado
cuando vi dos tanques de guerra que venían dirección contraria hacia la
universidad. Cuando me cruzaron al lado sentí que la tierra temblaba igualito que yo.
Después que pasaron los tanques, continué
mi camino, llegué a la Lincoln y me dirigí rumbo al malecón donde alguien me dió una “bola” hasta el
“parque”. Ahí agarré un carrito de 15C, pero cuando nos aproximamos al Puente Duarte
por la Paris, ya posicionados y apuntando sus cañones hacia el puente Duarte, había
otros dos tanques de guerra y un contingente de guardias con armas largas, por
lo que entendí que lo del foco guerrillero iba en serio.
Hoy A 44 años de ese acontecimiento histórico,
donde la nación perdió a uno de los hombres de valor que nos quedaban, que lucharon y dieron sus vidas
por un país mejor, este es mi corto relato de lo que me paso ese día como homenaje a esos héroes que cayeron en las lomas de la cordillera.
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