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16 de abril de 2017

Sábado Santo en Samaná con almuerzo en el platanal



El ambiente de una mesa en nuestro  patio campestre de Samaná, con el plato tradicional  de la Región, "pecao frito" con ñame blanco y otras exquisiteces.

Samaná; tierra bendecida por Dios, provincia localizada en la región Nordeste del país, crisol de razas y credos,  conocida por sus bellezas y encantos naturales fue un destino escogido por muchos para pasar allí el asueto de  Semana Santa del presente año 2017. Aunque no es mi costumbre salir de Santo Domingo durante el periodo de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, ayer sábado, aproveché la oportunidad del día tranquilo, para ir “de un brinquito” a mi  lar de origen, y allí  reunirme con los míos.

En el sitio me esperaron con  una colorida mesa servida. En ella un plato del famoso  “pecaos de Samaná”, frito en aceite artesanal  de coco, acompañado del inigualable ñame blanco de la región, lo que para mí y los míos, es el mejor plato que se pueda disfrutar en todo el mundo. Las horas pasaron y la tarde llegó en medio de gallinas, del canto de tórtolas, las risas de cuervos y las carcajadas de carpinteros. Entonces,  en la "tardecita", puse proa a Santo Domingo en el ambiente de una carretera despejada, mientras los últimos rayos del sol, con su “rojoamarillento” color se despedían, diciendo adiós  en lo profundo del horizonte.   

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