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6 de mayo de 2017

Lo peligroso de decir “vámonos”, cuando existen riegos para un vuelo

Condiciones en las que quedó el FAD 3021, tipo Aloeutte de fabricación francesa, después de caer la noche del 10 de mayo del 1974 en las inmediaciones de Villa Altagracia, al Norte de Sto. Dgo. La aeronave resultó totalmente destruida. Efectivamente, cuando se observa esta foto, parece que La Virgen metió sus divinas manos Foto: El Caribe.

El día 10 de mayo próximo, aproximadamente a las 10:00 de la noche, se cumplirán 43 años del accidente de helicóptero que casi cuesta la vidas al entonces presidente de la República  Doctor Joaquín Balaguer y la de sus acompañantes, cuando el helicóptero que lo transportaba,  un Aleutte de fabricación francesa, cayó a tierra luego que su rotor principal impactara contra una mata de palma y se incendiara. El evento ocurrió en la ladera de una loma  en medio de un mal tiempo en las inmediaciones del poblado de  Villa Altagracia. En ese momento el piloto trataba de encontrar un “claro” adecuado que le permitiera aterrizar, lo que no pudo lograr. Finalmente el helicóptero quedó al borde de un hoyo, cuando se "acoró" en un tronco de caoba. Desde antes de despegar, lo más probable  era que el capitán al mando del helicóptero  se diera cuenta  que la operacion se  trataba de un vuelo riesgoso.

Un Alouette similar al que cayó en las inmediaciones de Villa Altagracia,  la noche del 10 de mayo del 1974 con el entonces presidente Dr. Balaguer a bordo 

De acuerdo a lo informado por el propio presidente Balaguer en una alocución televisada que produjo esa misma noche después de llegar por tierra a Santo Domingo, se refirió  al evento diciendo  a que “él y sus acompañantes salvaron  sus  vidas, gracias a un milagro de la Virgen de la Altagracia”.  El otro helicóptero que escoltaba el helicóptero presidencial, en apariencia, no se dio cuenta de lo ocurrido al Alouette que transportaba al  presidente  y continuó  vuelo a Santo Domingo, retornando después al área del evento.

De acuerdo a lo que se conoce y se especula sobre el referido accidente, el Presidente Balaguer y su comitiva integrada por el Secretario de las Fuerzas Armadas, R. Emilio Jiménez, el Jefe de sus Ayudantes Militares Bisonó Jackson, quien se refiere al accidente en sus memorias,  y el General Santo Mélido Martes Pichardo  habían despegado desde  las inmediaciones del estadio de baseball de Puerto Plata, poco antes de las 8 de la noche de aquel dia. El vuelo que jamás  llegó a  sus destino tendría un recorrido de aproximadamente 90 millas náuticas.

En realidad las condiciones eran  poco favorable para la realización de un vuelo de ese tipo, que incluyendo factores tan  adversos como baja altitud, baja visibilidad debido a la hora y condiciones meteorológicas con la presencia de tormentas eléctricas y de una pertinaz llovizna, factores que se “combinaron” para provocar la caída e incendio del aparato, que  quedó totalmente destruido. EL Alouette nunca debió haber despegado a esa hora. Poco después del evento, esa misma noche, se presentaron algunas especulaciones en relación al accidente a la actuación de algunos militares en palacio, situación que, según se dice,  costó el traslados a militares de alto rango del ambiente palaciego.  
En la operación aeronáutica, cuando incluyen figuras de gran trascendencia pública o privada y en ocasiones, cuando existe  un gran  interés  en la realización de  un vuelo cualquiera, suele aparecer  una palabra terrible, que en ocasiones  se pronuncia y se asume, aun a sabiendas  de los peligros y riesgos que encierra una decisión mal tomada. Esa  palabra  causal de números percances con su correspondiente costo en termino de pérdidas de vidas y de recursos económicos, es la  palabra es “vámonos”.  Lo peligroso del asunto, es que en muchos casos, quien toma la decisión o acepta la orden  es precisamente el Capitán del vuelo, quien tiene toda la  autoridad para iniciarlo.  

No hay duda de  que la noche del 10 de mayo del 1974,  alguien pronunció la palabra “vámonos”,  , con el entonces  Presidente de la República, Doctor Balaguer a bordo, en  una ruta en donde las condiciones meteorologías a baja altitud son,  por lo general,  muy variables, debido al relieve de las cordilleras septentrional y Central, los pilotos locales conocen de lo que hablo. Tiempo después de la ocurrencia de ese evento el Doctor Balaguer, un “vámonos” puso término  a una promisoria línea aérea de carga, posiblemente la aerolínea de carga más reconocida en el ámbito del Aeropuerto Internacional de Las Américas, en la década de los  ochenta y noventa. Ese “vámonos” lo pronunció el capitán dueño de la empresa, cuando el capitán titular del vuelo de ese día, lo había rechazado debido a que el avión no estaba en  condiciones mecánicas para realizar el vuelo. 


Ruta estimada y área geográfica de la proximidades de Villa Altagracia, donde cayó el helicóptero que transportaba al entonces presidente de la República Dominicana Doctor Juaquin Balaguer. El accidente ocurrió la noche del 10 de mayo del 1974.

Vale decir, finalmente, que las decisiones  de iniciar  vuelos riesgosos son más comunes en sitios donde no existen facilidades aeroportuarias u operacionales de tránsito aéreo., debido a la total discrecionalidad de la  tripulación o de otras instancias.  Sin embargo, la autoridad y nivel  conciencia  del capitán, es determinante para iniciar y completar un vuelo seguro.  Lo importante sería saber, amigo mío: ¿Ha pronunciado usted la palabra “vámonos”, sin estar  totalmente convencido de la seguridad de su operación ? Respóndase usted mismo. Ah, en mi caso particular, me ha tocado negar  autorizaciones para iniciar vuelos riesgosos, tanto en ATC como en operaciones de vuelo.
     

   

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