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25 de julio de 2017

Dominican Wing y sus retos después de la salida de su A-320

    El A-320-200 de Dominican Wing durante uno de sus vuelos en la  Región del Caribe 

Si existe un sentimiento que unifica a los dominicanos, es el deseo de que nuestra industria del transporte aéreo se desarrolle de manera sostenida y que vuelva a ser lo que fue en tiempos pasados cuando, a pesar de todo, disfrutamos de empresas aéreas capaces de competir frente a los gigantes del mercado aeronáutico que operaban alcanzando  nuestros operadores locales, en un momento dado, a dominar buena parte del total de  pasajeros, carga  y el correo que se transportaba por la vía aérea desde y hacia los destinos tradicionales del territorio de los Estados Unidos de Norteamérica y otros destinos.   

Por lo anterior, en cada ocasión  que surge un proyecto de  línea aérea dominicana, los  dominicanos los acogemos con alegría y esperanzas. Sin embargo, cuando por cualquier causa o circuntancias esos proyectos presentan dificultades o desaparecen,los dominicanos también los sufrimos, debido  a nuestro interés de siempre por disfrutar el “volar en dominicano”. Ese ha sido precisamente el caso de la aerolínea dominicana  Dominican Wing, proyecto que, a pesar de que su capital lo compartían empresarios dominicanos y de un lejano  país de la Europa Oriental, quienes tuvieron a bien invertir en nuestro país, donde los acogimos. Entre las realidades de la empresa y sus proyecciones operacionales, estaban la modernidad y eficiencia de su avión y el aumento eventual de su flota, factores más que promisorios para el logro del éxito de Dominican Wing.

Ruta probable el largo vuelo del A-320-200 de Dominican Wing a su base de Lituania 

Dominican Wing, fue fundada en el 2014, concluyendo su proceso de certificación a finales de ese mismo año.  Luego la empresa recibió  su AOC de la autoridad de aviación civil de República   Dominicana, razón  por lo que  las autoridades correspondientes del Instituto Dominicano de Aviación Civil, IDAC hicieron su trabajo en relación al plan de la empresa. Pero algo trascendente, Dominican Wing también recibió autorización para operar vuelos desde y hacia el territorio de los Estados Unidos de Norteamérica y autorización para operar a Canadá, objetivo no logrado desde hacia más de dos décadas.

La empresa inició sus operaciones bajo la modalidad operacional ACMI y full chárter, a mediado del 2015, sirviendo  a varios destinos en la Región del Caribe, Centro América y finalmente a Norteamérica en la formalidad ACMI y también vuelos charter. Su integración fue tal, que realizó un vuelo especial del Gobierno Dominicano a Ecuador en ocasión del terremoto que asoló esa nación hermana en el 2016. En lo particular, para mi era agradable saber que técnicos competentes y de experiencia como Amarante Chavez y E. Echavarria laboraban en la empresa y, de vez en cuando, publicaban algunas notas actuales sobre el progreso se los vuelos de D.W. En realidad era una situación agradable.

De acuerdo a su programa de desarrollo proyectado, durante el presente año, Dominican Wing integraría un nuevo  A-320 a su flota y eventualmente, para el 2020, la empresa basaría 5 modernas aeronaves del mismo tipo en Santo Domingo, con  todo el impacto que esto significaría en término de mano de obra intensiva y de otras especialidades en el ámbitos de la industria de la aviación de R. Dominicana. Todo iba perfecto con con la empresa.  Dominican Wing  estaba bien servida técnicamente hablando,  dio espacio a profesionales calificados internacionalmente, quienes posibilitaron, en el origen, la gestión para la certificación local de la empresa y luego en el DOT de USA, lo que fue una noticia  muy bien recibida por el sector aeronáutico del país. Esas gente hizo su trabajo.

De repente, nos enteramos de la sorpresiva salida del país del A-320 de la empresa, y además,  que el aparato encontraba en una de sus escalas técnicas, en Gander, si no mal recuerdo, para reabastecimiento de combustible y poder completar un  largo vuelo de, aproximadamente, 8,000 kilómetros  que lo llevaría  hasta  Lituania. Pero además, se publicó que los propietarios Dominican Wing en República Dominicana, habían adquirido la totalidad de las acciones de la compañía. Ante la situación en progreso, la empresa parece haberse quedado sin aeronaves, lo que no es una  buena noticia para ningún proyecto de linea aérea.

Sin embargo, a pesar de todo, Dominican Wing tiene en su haber las certificaciones, habilitaciones y la experiencia para convertirse en un proyecto productivo a corto plazo. El mercado está ahí a la espera. Ahora bien, para convertirse en  un proyecto productivo, cuando de aviación se habla, es imprescindible un buen equipo en el área de comercialización del proyecto.  Una buena “comercialización” es clave para el éxito de cualquier proyecto de línea aérea en cualquier sitio del planta. No tenemos  dudas de que la  gerencia de Dominican Wing asumirá el reto integrando un buen equipo de trabajo  en lo comercial y de esta forma brindarle a los dominicanos un  buen proyecto de linea aérea.  “Dominican Wing debe continuar su vuelo”.




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